Diego Ducart nació y creció en General Levalle, un bucólico pueblo del centro de Argentina (Córdoba). Estudió fotografía en 1994 en la Escuela de Artes de Córdoba. Realizó algunas exposiciones de fotografía artística en la región de Córdoba; fotos que reveló en blanco y negro. Después de que la fotografía digital apareció en escena, se desanimó de este arte y cambió de fotografía a una carrera en geología. Sin embargo, siguió tomando fotografías artísticas, pensando que algún día las usaría. En 2015, Diego se mudó a Brasil, donde trabaja como profesor de geología en la Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP).

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"Pensé que tenía una vida 'normal', con mi profesión y rutina como geólogo y profesor universitario. Nunca me interesó la pintura, y nunca fui un asiduo visitante de museos y exposiciones. Sin embargo, dos hechos sacudieron mi cabeza al el final de 2020". Diego tuvo que ser sometido a dos cirugías seguidas en la base del cráneo para extirparle un tumor en el momento más crítico de la pandemia de covid. A partir de ese momento, comenzó a sentir unas ganas incontrolables de pintar. Autodidacta, comenzó a pintar y su interés y pasión por la pintura creció exponencialmente.

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Dentro de la pintura, diferentes pintores impresionistas son sus referentes: Claude Monet y Camille Pisarro, los neoimpresionistas Paul Signac y Henri-Edmond Cross, y el postimpresionista Vincent van Gogh. "...Creo que mi gusto por el impresionismo viene de la necesidad de 'deconstruir' la fotografía, de salir de la estructura o perfeccionismo de una foto, de ser más libres, de mostrar el inconsciente...". Las fuentes de inspiración de sus pinturas son sus propias fotografías.

En sus obras, Diego Ducart presenta aspectos cotidianos de la vida contemporánea, lugares lejanos y vacíos y momentos nostálgicos con una identidad visual llena de colores, contrastes, luces y sombras.